1-La masa

1. En un cazo ponemos el agua y las bolsitas naturales de tinta de calamar.
2. Llevamos a ebullición y dejamos cocer unos minutos.
3. Pasamos por un colador para que el agua absolutamente negra esté totalmente limpia.
4. Añadimos la leche y la manteca derretida.
5. Ponemos todos los ingredientes en el vaso de la Kichen y amasamos hasta que la masa esté perfecta y manejable.
6. Una vez bien boleada la dejamos reposar en la nevera envuelta en film hasta el día siguiente (si lo preferimos se puede usar en el día tras dejarla reposar un buen rato; asimismo, es una masa que congela estupendamente).

*Nota: Margarita nos explica que la cantidad de harina es orientativa: "sería más cómodo decir la que admita, porque así es realmente, las masas son listas y saben perfectamente cuando es suficiente. Hay que tener en cuenta que las harinas no siempre son iguales y desde luego no todas están igual de frescas, por eso la cantidad que pongo es aproximada".

2-El "relleno"

1. Preparamos el sofrito con las verduras bien picadas.
2. Cuando está todo bien pochado, pero sin llegar a estar deshecho, retiramos del fuego.
3. Dejamos que escurra sobre un colador y recuperamos ese aceite para la masa del relleno.
4. En la misma sartén, mezclamos el sofrito, la carne de los mejillones picados, el atún desmigado y la salsa de tomate.
5. Sobre el fuego, incorporamos la cucharada de harina, rehogamos para que se cocine un poco, añadimos la nata líquida y dejamos cocer unos diez minutos.
6. Pasamos la mezcla a una manga pastelera y dejamos enfriar en la nevera hasta el día siguiente.

3-Dar forma a las croquetas

1. Cortamos la punta de la manga pastelera al tamaño que nos interesa; en este caso poco, porque queremos que las croquetillas sean de bocado único.
2. Hacemos tiras largas que vamos cortando lo más iguales posibles.
3. Las pasamos por huevo batido y pan rallado (Margarita nos dice que aunque es un paso sencillo, hay que hacerlo con paciencia, porque la ser tan pequeñas, llevan su tiempo).

4-Hacer las conchas

1. Estiramos la masa, perfectamente reposada.
2. Con un cortapastas de 8 cm de diámetro vamos recortando y friendo en abundante aceite de oliva suave bien caliente (según van cayendo en el se irán hinchando como globos).
3. Tendremos unas preciosas conchas y rocas, que dejaremos reposar sobre papel absorbente.

5-Freír las croquetas

1. En el mismo aceite freímos las croquetas que vayamos a consumir en ese momento.
2. Cuando estén bien doradas, las dejo sobre papel absorbente (aunque la fritura es tan rápida que apenas tienen aceite sobrante).

6-El montaje

1. Colocamos una "roca" y sobre esta su "relleno", para tener un mejillón tigre del que nos comemos todo. También podemos abrir algunas rocas por la mitad y rellenarlas para coger la concha y disfrutar de la rica mezcla de un bocado.
2. Con un pincel le damos unos puntos dorados, con polvo de oro comestible (Margarita nos confiesa que no sabe absolutamente a nada pero queda bonito).
3. Para acompañar las dos formas, tan solo una gota de mayonesa con perejil muy picado.

Deliciosamente original, ¡gracias Margarita!