Crujiente de tapioca:

1. Hidratamos las semillas de chía en un vaso con agua durante 30 minutos.
2. Cocemos la tapioca y la colocamos en un colador bajo el grifo.
3. Le echamos agua para que se suelten los granos.
4. La escurrimos y la colocamos en un bol junto a la chía y la harina de garbanzo.
5. Mezclamos hasta conseguir una mezcla homogénea y colocamos la masa sobre un trozo de papel de hornear.
6. Nos mojamos un poco las manos con agua y hacemos una capa muy fina de masa, lo máximo posible.
7. Cocinamos en la freidora de aire sin aceite a 40 grados durante 2 horas, o en el horno a la mínima temperatura posible durante 1 hora aproximadamente. Tiene que quedar una masa que no se nos pegue en las manos y se pueda cortar.
8. Cortamos en trozos y los freímos en abundante aceite caliente. Dejamos escurrir el aceite sobrante sobre un trozo de papel de cocina.

Base del aperitivo:

1. Hidratamos la gelatina en agua.
2. Escurrimos la gelatina y la mezclamos con la mermelada previamente calentada. Si nos quedan grumos, lo pasamos por la batidora.
3. Colocamos la mermelada en un molde y refrigeramos en la nevera durante 24 horas.
4. Cortamos cuadrados. Si nos cuesta manipular, lo metemos en el congelador unos minutos.

Montaje del canapé:

1. Encima de cada cuadrado de mermelada, colocamos un poco de queso roquefort, el crujiente de tapioca y una sardinilla dentro del crujiente.
2. ¡A disfrutar!

Espectacular, ¡gracias Cristina!